lunes, 13 de febrero de 2012

Dña Teresita y el Sr. Taponotto


 Dña Teresita salió corriendo de casa muy pero que muy enfadada, había recibido una carta con un muñeco, ¡bueno, si se podia llamar muñeco a esa, a esa...cosa amarilla de tela de bayeta! Al pensar en la palabra bayeta, Dña Teresita sufrió un escalofrío.
-¡Qué horror!¡Qué mal gusto!
Iba tan absorta en esos pensamientos  horribles  y tan indignada por el regalo recibido, que no reparó en un conejo enano que paseaba tranquilamente por la calle haciendo fotos, y chocó con él. Ambos cayeron al suelo:
-¡Ay, qué susto!- dijo el conejo enano
-¡Ay, mi culo!- dijo Dña. Teresita
-Niña, debes mirar por donde vas, e ir con más cuidado- le dijo el conejo enano
-¡Uy, lo siento mucho!- se disculpó Dña Teresita- Es que voy indignada
-Bueno, bueno...-le contestó el conejo y se quedó pensando- eso es una cosa muy seria e importante y que merece que nos presentemos para hablar sobre ello- y componiéndose el traje, se sacudió el polvo y haciendo una reverencia se presentó- Soy el Sr. Taponotto, del Japón y soy cocinero jefe del Restaurante La Madriguera del Sushi Notto.
-Soy Dña Teresita, doctora jefe del Hospital de Peluches y Muñecas /os (lease barra "os")
El Sr. Taponotto pidió que le explicara qué quería decir>, y dña Teresita le contó todo el calvario que habían sufrido con el Ministerio de Igualdad, que estuvieron a punto de cerrar el Hospital por no contar con el masculino plural:
-Pero por "peluchas" ya no pasé, Sr Taponoto, era demasiado.
El Sr. Taponoto apuntó todo esto en su libreta por si le era de utilidad en alguna ocasión.
Después de saludarse estrechándose la mano, el Sr. Taponotto invitó a Dña. Teresita a tomar un té en su humilde restaurante de la calle Maravillas.
-Cuénteme el caso, Dña. Teresita,- insistió el Sr. Taponotto- no podemos dejarla a usted que viva indignada. Soy todo orejas- y sus dos grandes orejotas se pusiern a la escucha
Dña. teresita dió un sorbo a su té y mordió una exquisita galleta de chocolate y comenzó diciendo.
-Yo tengo un tío en Madrid, ¿sabe usted?- el Sr. Taponotto asentía- Este tío mío está casado con mi tía, una señora muy infantil, en el mejor sentido de la palabra.
-Vaya al grano, Dña Teresita-
-Bueno, pues este tío mío es inventor y ha inventado el muñeco Baye Tino.
-Baye ¿qué!
-BA-YE-TI-NO
-¡Aaaaaaaaah!- La boca del Sr Taponotto se abrió de par en par dejando ver una dentadura perfecta.
-Y me lo ha enviado por carta, ¿no es indignante?
El Sr Taponotto, después de reflexionar un rato y no ver lo indignante del caso, pidió ver al muñeco en cuestión. Pidió ver a Baye Tino.
Así pues se citaron para el día siguiente en casa de Dña Teresita, a las cinco de la tarde, hora en la que el Sr Taponotto tenía costumbre de tomar el té.
El Sr. Taponotto llamó a la puerta de Dña. Teresita a las cuatro y cincuentainueve minutos y a las cinco en punto comenzaron a tomar el té, ya que su abuela, una coneja enana inglesa, se lo había inculcado desde niño.
-Exquisito- dijo el Sr. Tponotto después de terminar su merienda- Ahora enseñeme a Baye Tino
Dña Teresita acercó un sobre marrón acolchado por dentro y de él extrajo un muñeco amarillo como de tela de bayeta. Lo primero que hizo el Sr Taponotto fue arreglarle el traje a Baye Tino, devolviéndole así parte de su dignidad, perdidia con tanta arruga,  después lo saludó cortésmente:
-Buenas tardes, Sr Baye Tino
-Good afternoon, - contestó el otro- veo que están tomando "a cup of tea".
-Oh, es usted inglés- comentó el Sr. Taponotto- Permítame presentarme, soy el Sr Taponotto, cocinero jefe del Restaurante La madriguera del Sushi Notto
-Es un placer. Yo soy Mr. Baye Tino, my friends.
A Dña Teresita se le quitó la indignación de un plumazo, hasta  se sintió algo tonta por ese sentimiento.
-Yo me dedico a limpiar-continuó Mr Baye Tino- Ayudo a los children, si se cae la leche, con solo una pasadita la recojo sin dejar rastro, si se cae agua igualmente absorbo el líquido sin problema, y cuando estoy sucio, solo hay que meterme en la lavadora. Y si no se cae nada pues se puede jugar conmigo y darme besos, que es very nice, y a nadie le amarga un achuchón seas príncipe o mendigo, de bayeta o de fieltro. Do you understand me, lady?- eso de lady iba por Dña Teresita, que cada vez estaba más abochornada por su comportamiento.
Fijándose bien en Mr. Baye Tino, era un muñeco simpático y muy trabajador, servía para todo.
Y qué más daba si era de bayeta en lugar de fieltro y si venía en un sobre en lugar de una caja de cartón con muchos accesorios.
Los tres terminaron de tomar su merienda y Dña Teresita ofreció a sus invitados una servilleta para limpiarse. Al día siguiente Dña Tereresita escribió a su tío:
"Querido Tío:
Aquí te envío esta servilleta que espero sepas emplear como se merece, ya que Mr Baye Tino, cuando fue a limpiarse la boca con ella quedó prendado de esta joya textil a cuadros...etc, etc, etc...
Tu sobrina que te quiere mucho,
Dña Teresita"

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